Tucumán es una provincia chica con grandes misterios. Una joven desaparece una mañana de abril, y 11 años después nada se sabe de ella. La segunda autoridad del PE en esos angustiantes días de 2002, Sisto Terán, dirigía una Legislatura que decidió no interpelar a ningún funcionario. Así, el Gobierno de entonces jamás respondió por las mafias que lucraban con cuerpos de mujeres en cautiverio. ¿Por qué? Otro misterio.
José Alperovich, ministro de Economía de Julio Miranda, poco podía hacer desde su cargo. Pero ha sido gobernador durante la última década que lleva desaparecida Marita. Crear la División Trata de Personas en la Policía no trajo soluciones para este caso. Hoy, el mandatario ya no es responsable sólo de los números de la Provincia. ¿Acusará recibo de los dichos de Terán, quien admitió ayer que el delito de la trata de personas "es un asunto que no ha merecido la atención que debiera por parte de nuestra comunidad"? El hecho de que Susana Trimarco haya creado una fundación para combatir estas mafias y contener víctimas antes de que el PE es todo un mensaje.
Tan chico es Tucumán que el papá de Marita, Daniel Verón, fue asesor del aún legislador José Gutiérrez entre 1999 y 2002. "Gallito", hoy, integra el Jury de Enjuiciamiento. ¿Podrá ser imparcial al votar?
Ayer terminó un proceso clave para el alperovichismo y el kirchnerismo, que podría encontrar una ventana para avanzar sobre un poder que a veces incomoda. Pero los misterios continúan. La foto de Terán leyendo la acusación es un símbolo del status quo tucumano. Si algo no ha cambiado en 11 años es que una mujer sigue desaparecida, y su madre la sigue buscando.